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sábado, 26 de junio de 2010

TAS

Hasta la llamada de hace un rato, la entrada de hoy se orientaba hacia el seguimiento de la senda de lo oculto, las sectas, y el oscurantismo; pero una llamada de mi hermana me conecta con el recuerdo de todos los perros que han pasado por la vida de la familia. Hoy se ha ido Tas perro extraordinario cuya bondad nos acompañara siempre y que se une a los recuerdos de los Cuco, Milo, Ven, Axel, Frodo, Gos, Nero, Tola, Dugui, Hula, Tosca y Stunfi, perros que por su presencia en mi vida o por lo que me contaron, configuran un universo propio de compañía, dedicación, personalidad y demostración de que una vida sin perros es una vida menos completa.
Para un evolucionista convencido como yo, parece claro que el recuerdo de estos compañeros nos acompañara allí donde quiera que nosotros mismos vayamos después de muertos: a la nada o a lo que sea, pero que lo que nos aguarde a nosotros será lo mismo que les aguarde a ellos.
Los perros de la familia han constituido un perfecto ejemplo de lo que es esa especial relación del hombre con algunos animales. No hay forma de explicarlo o racionalizarlo; para bien o para mal se sitúa más allá o más acá de lo racional. Ya se que algunos dicen que la relación de los amantes de los perros con estos animales es enfermiza, pero puedo asegurar que, en mi vida, los perros han ocupado, y ocupan, un lugar propio, muy especial, ajeno por completo a lo que la relación personal y social supone.
A veces, pocas, he intentado explicarlo y es algo que solo los que comparten el misterio pueden intuir. Hoy, mientras me hacia cargo de la pena por la que pasan los amos de Tas, me acordaba de la pena al despedirme de mis perros, de todo lo que me dejaron, de lo que me enriquecieron y me enseñaron. No hay forma de verbalizar lo que se siente y todos intentamos consolarnos con lo mismo: ya sabias lo que dura la vida de un perro y esa es la única condena: sobrevivirles y tener que conformarse con haberles dado una vida estupenda; con haber cumplido el trato de cuidarles a cambio de recibir su adoración, fidelidad, cariño, abnegación, admiración, entrega...de haber recibido su vida a cambio de dejarles alegrarnos la vida.
Tas, el ultimo que se ha ido, ha compartido con los otros su cariño por sobrinos, nietos y niños en general, fauna con la que todos los chuchos de casa convivieron sin problemas y sin sustos; chupando a medias caramelos y papillas; buscando con los niños los “sugus” del día de reyes en casa de mi madre y mirando compungidos los manjares negados de las mesas de celebración.
En fin, ahora, rodeado de Curro, Chispa y una acogida, pienso en que hubo un día en que mis días no se llenaban con su alegría y me alegro mucho de que estén a mi lado. En cuanto a Tas, recordarlo feliz y contento compartiendo su vida con la alegría de todos los que disfrutamos de su compañía.
Que nos encontremos o no nos encontremos con el, es otra historia.

4 comentarios:

  1. entrañable y la pura realidad. Es verdad que solo los que queremos a los perros y convivimos con ellos podemos entender y compartir estos sentimientos.
    Gracias,
    La familia de Taz

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  2. Decir lo siento por la pérdida de un animal es tan natural como decir lo siento por la pérdida de un ser humano. Al fin y al cabo siempre son seres queridos, muy queridos. Son parte de nuestras familias, y como uno más se les quiere, nos duele su pérdida y se les echa de menos. Comparto vuestro pesar y vuestros sentimientos de dolor. Un fuerte abrazo.

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  3. Yo tuve que abandonar a mi perro al salir de Argentina, por razones que no vienen a cuento. No se si es más penoso "abandonarlo" que acompañarle en su último sueño, acariciándole mientras lloras desconsoladamente.
    Yo también lamento profundamente la muerte de Taz al que despedí durante los últimos días con mis mejoras caricias.
    27-Junio-2010 a.m.

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  4. Aunque han pasado unos meses de esta despedida,no podia quedarme tranquila al leer este bonito y cierto discurso sobre estos animalitos que tanto dan sin esperar a cambio,que realmente son el mejor amigo del hombre,que entienden mas a sus dueños de lo que pensamos...yo tuve la suerte de conocer a Tas por una amiga comun y me siento identificada con vosotros porq tamb tuve uno..bueno,sin mas..
    un abrazo fuerte.Paloma

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