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martes, 21 de septiembre de 2010

Cuestión de lugar

Un día tuvimos que aliarnos contra ellos: no les dejemos crecer o se volverán contra nosotros. No olvidemos una historia que no debe repetirse.

Leo sobre los resultados electorales en Suecia y un nerviosismo extremo se apodera de mi: los neo fascistas han encontrado nombre y el nombre es revelador, tan revelador que no deja lugar a dudas y ha puesto cada elemento que lo compone en el orden preciso. Como no sé sueco, desconozco si la traducción es exacta o interesada, que la fuente (minutodigital) ofrece todas las lagunas de mundo y se llena de más deseos que de informaciones: NACIONAL –LIBERALES se llaman estos chicos. Con dos cojones, sí señor.
A lo largo de la historia del Siglo XX la relevancia de cualquier partido que ha puesto el término NACIONAL por delante de cualquier otro calificativo, ha venido seguido de guerras, botas de clavos, brazos en alto y muchos, muchísimos muertos. Nacional Socialismo se llamó el horror que nos trajeron los Nazis alemanes y Nacional Sindicalismo se auto denominó ese engendro político cuartelario que se medio inventó Franco para no decir que esto era un cuartel y él, el suboficial de semana.
Hace poco hablaba de la degeneración de las palabras y de cómo estos fascistas pretenden que creamos en lo que no se pude creer: en la bondad de sus intenciones. Ya está bien de perder terreno y no levantar barreras contra esta insidia que llena medios de comunicación, discursos públicos y páginas de libros. Estos proto-delincuentes –solo les falta el tiempo necesario y se quitarán el proto de delante – se aprovechan de un sistema que les permite crecer y hacerse fuertes antes de revolverse y tratar de cortarle la cabeza al padre descuidado.
Lo hemos visto en el pais vasco, donde los hijos de ETA se hicieron fuertes hasta que la democracia entera se plantó y dijo que basta, que el sistema no alimentaba esos monstruos. Europa debe plantarse y legislar que no, que no podemos dejarles crecer a nuestra costa y ampararles con nuestra pasividad. Se están viniendo arriba; se están gustando y el río va creciendo sin que nadie pretenda controlarlo y construir diques.
Yo sí quiero diques: diques muy sólidos que dejen estancada este agua putrefacta que contamina cuanto toca. Quiero diques muy altos que impidan que el sonido de sus voces envenene el alma de los que sufren por el paro y por la crisis señalando a los que ninguna culpa tienen mientras protegen a los verdaderos culpables: los dueños del capital y del dinero que se han enriquecido, todavía más, a costa de hacernos más pobres a todos.
Europa amamanta a un engendro que intentará matarla; intentará enfrentar a sus hermanos contra sus hermanos y en la lucha, ganará, pues su verdadera vocación es la guerra, la sangre y el enfrentamiento de los pueblos. Europa conoce el fascismo y sus consecuencias y debe reaccionar. No debe dormirse, pues el enemigo entrará mientras dormimos y nos robará todo, no lo dudéis.
No hay que abandonarse: todos cuantos pensáis que hay peligro, levantar vuestras voces y haceros oír ante todos los tibios, ante los conformistas y los cómodos que no quieren pensar ni analizar la realidad; despertarlos y quitarles la televisión que les adormece, que el peligro se acerca y es real. Reaccionar cuando alguien hable de las bondades de estos liberales, de los neoconservadores; levantaros contra ese revisionismo que intenta presentar el franquismo como algo tibio y descafeinado en lugar de cuatro décadas de barbarie y terror.
Recuerda que, cuando persiguen a los gitanos, es a ti a quien persiguen; ten presente que cuando sus miradas buscan a los rumanos, es a ti a quien buscan; no dudes que cuando señalan a los negros y a los moros, es a ti a quien señalan; piensa que cuando odian a los que no somos ni pensamos como ellos, es a nosotros a quien matan. No tengas miedo y lucha con la palabra contra el deseo de estos lobos de armarse hasta los dientes y entregarse a sus deseos de guerra y devastación. Habla y recuerda, siempre recuerda al que hablaba; que la palabra debe volver a ser más fuerte que las armas:

Primero vinieron a por los comunistas,
Y yo no hablé porque no era comunista.
Después vinieron a por los judíos,
Y yo no hablé porque no era judío.
Después vinieron a por los católicos,
Y yo no hablé porque era protestante.
Después vinieron a por mí,
Y para entonces, ya no quedaba nadie que hablara por mí

1 comentario:

  1. de acuerdo contigo, todo lo que está pasando es muy triste y peligroso. Por desgracia la historia se repite y los que vivieron y recuerdan estos horrores tienen que seguir contando hasta que se nos grabe en el disco duro

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