Mientras la nieve recorre Europa y los vientos nos unen en la tiritona, podemos pensar en algunas cosas curiosas que se ponen de manifiesto justo e el momento en el que todo falla y volvemos a encontrarnos frente a frente con nuestra debilidad.
Estos dias vivimos bajo el invierno, simplemente un invierno con sus vientos siberianos, sus varios grados bajo cero y un poco de niebve aquí y allá,, lo justo para que todo se vaya al carajo.
Estamos acostumbrados a despotricar de lo que pasa en nuestra casa, pero Europa nos acompaña: cerca de 200 muertos nos recuerdan nuestra realidad. Mas o menos somos una muerde lila que no cuenta para nada.
Schipol, el aeropuerto de Amsterdam, los trenes, taxis y aviones paralizados porque una nevada, de cojones,eso si,de poco mas o menos una horita, nos deja a todos descolorados. Uno, a todos menos a una: la dependienta de un puestecito de bebidas y chocolatinas que, harta de vernos perdidos y sin asistencia, se había buscado la vida y era la única que sabia las horas de salida de todos los vuelos de Easyjet. Bien apuntado tos y ordenados en tres post-it, ella sabia lo que nadie mas en el aeropuerto conocía, tenía el conocimiento y sin embargo su experiencia le decía que era mejor no divulgar lo, admisitrarlo en pequeñas dosis y no provocar tumultos incontrolados. Un ejemplo.
Para amigos, seguidores y demás fauna: no he sido capaz de subir una imagen y de poner los acentos, cosas de no saber organizarme con el IPad de mi hija, esa tentación cercana que sugiere las delicias del mundo Mac, ese terreno en el que los cacharros se han pensado para que seamos mas felices. Sin acentos, eso si,
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