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miércoles, 18 de abril de 2012

Demasiada historia

Juan Carlos, como el oso, lo siente y se avergüenza.
¿Suficiente? Parece poco, la verdad. 
Nací, como muchos otros, en 1958 y por nuestra chepa se han deslizado cientos de acontecimientos históricos que definen nuestro presente y nuestra rabiosa actualidad: el hombre llegó a la luna – a pesar de algunos escépticos más o menos chiflados – asesinaron a muchos, entre ellos a Kennedy y a Martin Luther King; Juan XXIII tuvo tiempo de convocar el Vaticano II y Juan Pablo II se lo organizó para hacer caer el muro de Berlín – eso dicen los forofos – y reducir la marea de ese mismo Vaticano II a niveles de charquito; hemos visto llegar la TV en color, internet, el nacimiento y jubilación del fax, la telefonía móvil y en la política patria ha pasado de todo.
Nacimos con Franco dando por terminada la autarquía y bendiciendo, nunca mejor dicho, la llegada de los tecnócratas del Opus de la mano de Carrero; vivimos su muerte con una mezcla de horror, júbilo y miedo; llegó la democracia por los pelos y España abrazó la Constitución a pesar de Gironazos, ruidos de sables y cuasi pronunciamientos de sainete protagonizados por Tejero; hemos visto mucha historia pasar por nuestras vidas y hoy, mientras vivimos la también histórica crisis que avergonzará nuestra memoria, Juan Carlos hace historia y protagoniza un público acto de arrepentimiento que hace más historia.
Y digo yo: ¿Qué os parece si abandonamos tanta vivencia histórica que asombrará al mundo y nos dedicamos a construir una normalidad duradera, simplemente? ¿Sería mucho pedir?

1 comentario:

  1. Me temo que las discrepancias y diferencias siempre existiran.

    Ahora toca que el estado se moje un poco al hacer limpieza que de momento sólo centrifuga _____ a las autonomías. Si no se ponen el uniforme de limpieza se van a ahogar en esa misma _____. (Rellene los vacíos ;) )

    Cuando salvemos un poco el barco ya hablaremos de remar todos en la misma dirección... una vez más.

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