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jueves, 19 de julio de 2012

Cosas del verano en España



España, en verano, es un infierno conceptual en el que habita lo más bestia, salvaje y granado de las peores intenciones humanas. En nuestros pueblos se gastan salvajadas de inexistente dinero en celebrar fiestas de toros en las que las pobres bestias son sometidas a todo tipo de vejaciones en aras de no se que cruenta tradición. En estos días, mientras cenábamos, nos han tirado a la cara los esfuerzos de un pobre toro por no ahogarse en las aguas de un puerto mientras - el público asistía, alborozado y festivo, a la desesperantemente lenta muerte del animal. La viñeta de Forges pone sobre la mesa el sinsentido que gobierna nuestra cultura popular - incultura más bien- empeñada en hacer política de lo que sólo es barbarie y crueldad. Por si esta relación de burradas no fuera suficiente, podemos leer que no que empresa de no se que bestia, anda pidiendo licencia para organizar, "las tradicionales cazas con lanza en busca de jabalíes". Vamos, que todos nosotros, antes de desayunar nos montamos a caballo y salimos a ensartar dos o tres jabalíes como prólogo de una relajada jornada. Estamos fatal pero lo peor es que seguro que le dan esa licencia, veréis. España en verano es cruel y sanguinaria al extremo, al extremo de que la crueldad no se acaba en las bestias y llega hasta a los amigos y conocidos, a los que sometemos a las mas abyectas prácticas. Hoy quiero referirme a esas bonitas bodas de chaqué y corbata del mes de Julio, con los consabidos 38 grados y los parientes soltando tacos al ritmo de los maquillajes derretidos y los sobacos siguiendo la moda del inefable Camacho. Hay que plantarse y decirles a esos pretendidos amigos - no nos engañemos:los amigos de verdad no hacen esta clase de putadas - que vaya a la boa su pastelera madre, que nosotros nos negamos no sólo a ir a semejante desatino, sino que también nos negamos a seguir saludándole en público. En fin, prácticas crueles que definen nuestra particular desgracia.

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