El de la foto se ha "lijado" un paso de cebra a toda leche y ahora a seguir por al acera.
Con dos...
Lo reconozco: me tienen frito y los odio a muerte. Me parecen peligrosos, anárquicos, inconscientes y elementos asociales que viven en la tierra de nadie de una legislación inadecuada y un entorno no acostumbrado a su presencia. Me refiero, cómo no, a esos Objetos Circulantes No Identificados que algunos llaman bicicletas.
En carretera me parecen simplemente peligrosos para sus conductores y hago dos objeciones sencillas en aras a mejorar su propia seguridad: retirar la posibilidad de ir agrupados en lugar de en fila india por lo que esta práctica supone de aumento de riesgo para ellos. A una fila siempre se le puede adelantar si es que ha habido error de frenada mientras que a un grupo se lo arrolla en las mismas circunstancias y la otra se refiere a la obligatoriedad de elementos como espejos retrovisores y luces. Como motero, me espeluzna verlos sin espejos y no entiendo cómo se puede ir tranquilo sin ellos.
Y llegamos al territorio comanche: la ciudad. Y aquí si, aquí es cuando mis odios son completos: estoy harto de no saber si son peatones o vehículos; me los encuentro apurando situaciones de riesgo en todas las esquinas y pasos de peatones, el único accidente que he tenido en moto ha sido porque una bici se saltó el rojo de un paso de peatones y se puso a cruzar cuando yo ya había iniciado la marcha con mi correspondiente luz verde. Me atropelló, así de sencillo.
Quiero que alguien los defina bajo una lógica aplastante: lo que se mueve por una vía de vehículos es un vehículo con derechos y obligaciones de tal y lo que va por una acera es un peatón y se comporta como tal. Nada de esta mezcla sorpresiva que acabará con mis nervios.
Y por favor, cascos, luces, espejos….lo normal, digo yo.
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