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jueves, 6 de septiembre de 2012

Lo que en FEN no contaban sobre el municipio


¿Sólo 101? Poca imaginación tienen algunos.
Si cada manuelilla de cargo público fuera una dimisión....



Cuando yo era adolescente, los profesores de la escuela de mandos de la OJE a cargo de la asignatura de Formación del espíritu Nacional –que eso si era doctrina y no la chorrada esta de Educación para la Ciudadanía- nos hablaban de la familia, el municipio y el sindicato como los tres puntales del régimen franquista. También estaban el Fuero de los Españoles y las Leyes fundamentales, pero la verdad es que salvo llenar cuadernos con muchas banderas de España ondeando por todos lados, no se nos quedó mucho más de esa “maría” llena de tedio y desgana.
Y todo ese aburrimiento se debía a nadie nos habló entonces, en plena explosión hormonal y granular, del solitario solaz de la señora concejal que en plena adolescencia nos hubiera alegrado mucho las pajaritas y en la madurez, con todo respeto sea dicho, nos la sopla. El ejercicio solitario de la sexualidad no es algo que incumba al pueblo sino más bien al individuo y a sus particulares técnicas de estimulación.
También es verdad que si en clase de FEN nos hubieran hablado de eso, acto seguido el curilla del colegio, Director Espiritual según cargo oficial, hubiera venido con la cantinela de cegueras, pérdida de líquido medular y ofensas a Jesús; que ese si que debía ser un cotilla de cuidado dedicado a mirar lo que no tenía que mirar cuando nos encerrábamos en el cuarto.
España ha tenido, hasta ahora, un escrupuloso respeto por la vida privada de los políticos, a los que se ha protegido de rumores de queridas, cuernos, homosexualidades y demás hechos que sólo a ellos atañen. Si la señora concejala quiere divertirse, que se divierta y si se lo quiere contar a alguien, que se lo cuente; que la vergüenza y el descrédito debieran caer en el que siendo destinatario exclusivo de tales hazañas, las difunde en lugar de ser discreto. A ése es al que habría que linchar por bocazas, sin duda ninguna.
Por último: mucho cuidado con comentarios que, en el fondo, desvelan el pánico que hay en este país al libre ejercicio de la sexualidad femenina. Mucho me temo que es el verdadero núcleo de este mini debate que no va a ninguna parte.

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