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miércoles, 21 de noviembre de 2012

Jehováh no da ni palo

Ha llovido demasiado...
A ver, si los judíos tienen razón y ellos habitan la tierra prometida, hay que convenir en que el tal dios de los judíos, el mítico Jehováh, es un “dejao” y bastante vago, todo hay que decirlo. Como uno es de natural curioso y esto de internet sirve lo mismo para un roto que para un descosido, me he ido a una de esas direcciones que servidora tiene marcada como favoritos en la carpeta de historia y me he puesto a buscar las épocas en las que Israel era Israel.
El resultado no puede ser más pobre: desde el 1498 BC hasta nuestros días, poco más de trescientos añitos con el nombre puesto, que el resto del tiempo aquella zona era poco menos que el paso obligado de cualquiera al que le diera por conquistar imperios.(Como se ve en el mapa, del 988BC al 788BC, de manera que los 300 van con generosa propina) Egipcios, sumerios, persas, macedonios, romanos, otomanos, árabes….vamos, que menos judíos dueños de su propio destino, allí mandaba cualquiera menos Yahvé, que ya le vale.Si eso es ser el pueblo elegido, mejor no serlo que les dieron hasta en el cielo de la boca.
Acercarse al horror que esa tierra está viviendo con cierto rigor histórico significa, directamente, abrirse las venas pues lo que ahora se vive nada tiene que ver con al historia y si con la arbitrariedad de una serie de decisiones políticas completamente absurdas que tomaron los ingleses para sacarse de encima un muerto de mucho cuidado, terrorismo incluido.
Esa tierra alberga un germen de odio y destrucción imposible de erradicar y que pervive más allá de la vida de los estados que en ella habitan. El único que lo tuvo claro fue Vespasiano, que mandó  a su hijo Tito dejar aquello como un solar y, desde mi punto de vista, todo hubiera ido mejor si se hubiera quedado así, como un erial sin pasto ni para cabras.
La ONU es culpable de haber consagrado el absurdo de la preminencia de la religión por encima del sentido común y de la acción política, justificando una decisión injusta y propiciatoria de todo tipo de enfrentamientos  tal y como la experiencia ha demostrado.  Y por último y para mojarme: la única alternativa pasa por dejar que el desierto actúe sobre esa tierra maldita o conseguir que el tal Jehovah se arremangue y se ponga a trabajar, que ya va siendo hora de dar ejemplo.Curró seis días, le salió la cosa como le salió y desde entonces como que nada, de verdad.

1 comentario:

  1. Considero Juan Manuel que no tomaste tiempo para leer lo que Jehova Dios dijo respecto de esta nación a futuro, y todo lo que hizo con las naciones que se opusieron a Israel en tiempo de conquista, lo unico que impidió que les diera toda la tierra fue su reveldía contra Dios y sus leyes. Debe tomar en cuenta que todo lo que Jehová a dicho lo a cumplido y esa es una promesa pendiente que ejecutará en su segunda venida

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