2013

¿Qué desear ahora que empieza el año? La lista es larga y llena de cosas importantes, pero hoy me gustaría centrarme en la consecución de un logro, de una meta que es posible, que no depende de terceros y que sólo requiere de nuestra atención y disciplina espiritual. Me refiero a la recuperación de lo realmente importante en nuestras vidas, de lo que es trascendente tanto en el ámbito privado como en el colectivo.

Aferrados a lo que esta crisis se lleva por delante, creo que nos hemos extraviado del camino, que andamos como perdidos entre el follaje sin encontrar la ruta que no deberíamos haber perdido. En los últimos años hemos entregado mucha parte de nuestro esfuerzo y nuestros afanes a lograr lo que, al final, no es importante ni nada aporta que nos haga mejores.

Perdidos en lo accesorio, hemos olvidado lo importante y eso, siendo grave, nos brinda la oportunidad de centrar el tiro de los próximos meses en recuperar lo que nadie puede quitarnos; la esencia de nuestra misma humanidad centrada en disfrutar de lo que de inmaterial tiene nuestra vida.

Cumplidos los imprescindibles mínimos vitales, creo que es hora de volver la mirada  a las luces y a la belleza de que tenemos alrededor; relajarnos disfrutando de los nuestros, de la placidez de leer un libro mientras suena una música agradable; de recordar como suenan nuestros pasos en el camino, sentirnos vivos mientras llega el  nuevo día y despierta el monte; mirar al cielo para volver a disfrutar del paso de las nubes.

Puede que hayamos perdido mucho y mucho de lo que muchos pensaban importante, pero de verdad, nos queda lo que de verdad nos podría hacer felices si le dedicáramos atención y cuidado. 

Feliz 2013 y buscar lo que nadie puede robaros, que allí estará la verdad de vuestras vidas.