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miércoles, 27 de marzo de 2013

Cuando se nos va la olla

No dejes que el absurdo te condicione: denuncia. Sin dudar.

El ser humano, definido como racional por la ortodoxia, se muestra casi siempre, Irracional hasta grados absurdos. Y lo más curioso y rocambolesco llega cuando lo irracional trata de disfrazarse de sesudo razonamiento, que entonces es cuando uno se pregunta si la carísima inversión evolutiva que supone el cerebro, tiene sentido o es un acto fallido.
Viene esto a cuento de la salvajada intelectualoide que se ha perpetrado en una clase del CEU Valenciano bajo el sacrosanto manto de la libertad de cátedra: ““Aunque tu marido te sea infiel, la verdadera prueba de amor es seguir amándole con lágrimas en los ojos, como Jesús lloraba en la cruz”. Esta frase y otras como “las mujeres maltratadas no deben separarse porque eso es amor”, o “el aborto en el caso de violación no es tolerable porque dentro de lo terrible de la violación sacas algo bueno, que es un hijo, un don de Dios”.
La que tal cuenta es Gloria Casanova, profesora de la Universidad Cardenal Herrera-CEU de Moncada (Valencia), hecho que demuestra que la inteligencia y el buen hacer no son inherentes al hecho de haberse llenado la cabeza de libros, algo que ya se intuía D. Miguel (de Cervantes, sí).
Sin entrar al exabrupto que se merecen tales burradas, la reflexión que me sugiere este desastre intelectual  tiende al cuestionamiento de la validez de ciertas construcciones mentales realizadas sobre la base de algo absurdo, la religión, de la que sólo pueden desprenderse, intelectualmente hablando, razonamientos y conclusiones igualmente absurdas.
Para esta enloquecida que cree en tantas cosas imposibles e indemostrables,  la realidad debe forzarse hasta la locura para igualar los preceptos de su enajenación. No hay otra salida, de manera que todos, creyentes y no creyentes, debemos organizar nuestra vida de forma absurda porque ella cree en el absurdo y además, nos obliga a aceptarlo como norma de vida.
A Gloria Casanova y a otros muchos como ella, se les va la olla demasiado, tanto que habría que empezar a ponerles en su sitio y aplicar las leyes que nos protegen de sus locuras: en este caso, la que vela por las mujeres maltratadas y violadas. Lo de sobrellevar la cornamenta será cosa de cada cual, pero lo de los malos tratos, lo siento mucho, no es opinable, es perseguible, denunciable y punible según nuestra legislación vigente. Sencillo, ¿no?

1 comentario:

  1. El amor retorcido que propone esa mujer es de locos, no hay palabras para semejantes disparates ...

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