Como dicen que el que no se consuela es porque no quiere, hoy me voy a dedicar a reivindicar la lluvia como elemento positivo que, gracias ponerme perdido en la moto, vuelve a caer tal y como se necesitaba.
Una de mis absurdas neuras, en este caso compartida con mi amigo Jorge, es la de ir consultando el nivel de los pantanos en http://www.embalses.net sencillo site donde el curioso puede saber cómo va la cosa esa de la hidrometría y las cuencas hidrográficas.
El resumen es que estamos cinco puntos porcentuales por encima de la media de los últimos 10 años aunque lejos del especialmente húmedo 2011 con mas de 45000 hectómetros cúbicos en reserva.
Servir servir, lo que se dice servir, eld ato sólo está al servicio de mi propia sensibilidad y de tener la conciencia tranquila a la hora de regar los tomates, pero me apetecía dar un dato positivo tras un inicio de año hidrológico bastante chungo, tan chungo que Madrid sigue bastante escasa de agua con cuatro puntitos por debajo de la media.
Agarrarse a esta calmada Santa Bárbara de agua cuando la tronadora santa del paro nos deja exhaustos con más de 5 millones de parados y una desmembración social y moral realmente ruinosa.
Tenemos a más de la mitad de nuestros jóvenes en paro, una estructura administrativa que impide, y digo impide con conocimiento de causa, cualquier movimiento hacia la creación de pequeñas empresas y un panorama que no muestra signo de bonanza alguna se mire por donde se mire.
Cuando yo era joven se publicó en Italia una portada histórica: “Piove: ¡porco goberno!”
Bueno, pues nosotros, por lo menos, podemos decir: “Menos mal que el gobierno no puede regular la lluvia”
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