Hace unos dís, El Roto, con su genialidad, resumía perfectamente todo lo que yo pienso acerca de los nacionalismos y las fronteras: Que tonte´ria querer ser de un solo sitio pudiendo ser de todas partes.
Hoy estamos viendo a Ukrania desgajada y a punto de ser sumida en un baño de sangre, España se defiende en el sur de un hambre y una desesperación imparables, las fronteras del este de Europa, me dicen, sufren una presión parecida y son miles los que mueren tratando de migrar del sur al norte en la desértica forntera entre México y los EEUU.
Las fronteras guardan nuestro egoísmo y no podemos vivir sin ellas si es que queremos mantener lo que ahora tenemos, pero las froneras, de cara al futuro, mostrarán su verdadera naturaleza de extrema crueldad y sangrienbta realidad.
Nuestra organización global se basa en las fronteras, que es lo mismo que decir que hemos apostado por las guerras, los enfrentamientos y la injusticia, pero eso no es nuevo: nospertenece desde hace mucho, desde el mismo momento en el que se crearon nuestros genes de especie territorial, violenta y caníbal. Poco hemos cambiado desde entonces.
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